Perinatal grief and breastfeeding. Preserving life. (English & Espanol)

Perinatal grief and breastfeeding. Preserving life.

Perinatal death is a topic that has been shrouded in a cloak of silence, a taboo that has been pushed into the shadows of society. A painful reality that is often minimized and removed from public conversation in an attempt to avoid confronting the heartbreaking sadness and deep grief that accompanies this experience.

Within this dark silence, there is also the reality of Breastfeeding (BF) in situations of perinatal loss. Here, the woman finds herself facing two simultaneous mournings: the mourning for the departure of her child and the mourning for the sudden interruption of breastfeeding. Each mother is unique and her grieving process is deeply subjective; there is no universal manual or predefined timeline for this emotional healing process.

Moms who find themselves in this situation often face a perplexing dilemma: their breasts are overflowing with milk destined for a baby who is no longer in their arms. According to expert Beatriz Fernandez, milk production can vary according to gestational age at the time of loss. Moms who reach the gestational stage between 25 and 30 weeks and then suffer the loss of their babies, either during pregnancy or after delivery, experience the process of milk production, triggered by the separation of the placenta from the uterus.

The woman’s body, in its intrinsic wisdom, responds as a tangible reminder of the life that existed within her. Every drop of milk that flows is a testimony to the existence of that loved one that inhabited her body for a time. This physiological connection becomes an emotional bond that transcends the physical and delves into the most intimate part of motherhood.

In the midst of this challenge, there is also the possibility of donating milk. Studies have revealed that those women who have lost their babies and choose to donate their milk feel a sense of relief and comfort in knowing that they can contribute to the well-being of other newborns. This generous action becomes an act of love and connection to other vulnerable beings.

The journey through the mourning of perinatal loss is crucial and complex. Rituals and ceremonial practices can provide a space where grief can be shared and transformed, where memories can be woven into a meaningful story. An often overlooked aspect is lactogenesis, the process of milk production. Recognizing this, breastfeeding becomes a critical component in the healing journey.

We should not underestimate the power that breastfeeding has as an expression of motherhood. In times of loss, women often struggle with their maternal identity. To deprive them of the opportunity to experience breastfeeding is to deny them an essential part of their motherhood. The article *”Pecho lleno, brazos vacíos: manejo de la lactogénesis II en la pérdida perinatal” (Claramunt y Cenalmor, 2011) sheds light on breastfeeding after perinatal loss, whether during pregnancy, labor, or after birth.

*”Full breasts, empty arms: managing lactogenesis II in perinatal loss”, (Claramunt y Cenalmor, 2011).

Psychologist Paola Vargas   

Specialist in perinatal mental health, attachment, breastfeeding and bereavement. University professor.  Currently accompanies mothers and caregivers through counseling and online training from her project @pa.mamma.

 

 

 


El duelo perinatal y la lactancia. Conservando la vida.

La muerte perinatal es un tema que ha sido envuelto en un manto de silencio, un tabú que ha sido arrinconado en las sombras de la sociedad. Una realidad dolorosa que a menudo se minimiza y se aparta de la conversación pública, en un intento de evitar confrontar la desgarradora tristeza y el profundo dolor que acompaña a esta experiencia.

Dentro de este oscuro silencio, también se encuentra la realidad de la Lactancia Materna (LM) en situaciones de pérdida perinatal. Aquí, la mujer se encuentra enfrentando dos duelos simultáneos: el duelo por la partida de su hijo y el duelo por la interrupción abrupta de la lactancia. Cada madre es única y su proceso de duelo es profundamente subjetivo; no existe un manual universal ni un cronograma predefinido para este proceso de sanación emocional.

Las madres que se encuentran en esta situación a menudo se enfrentan a un dilema desconcertante: sus pechos rebosan de leche destinada a un bebé que ya no está en sus brazos. Según la experta Beatriz Fernández, la producción de leche puede variar según la edad gestacional en el momento de la pérdida. Las madres que alcanzan la etapa de gestación entre la semana 25 y 30 y luego sufren la pérdida de sus bebés, ya sea durante el embarazo o después del parto, experimentan el proceso de producción de leche, desencadenado por la separación de la placenta del útero.

 El cuerpo de la mujer, en su sabiduría inherente, responde como un recordatorio tangible de la vida que existió dentro de ella. Cada gota de leche que fluye es un testimonio de la existencia de ese ser amado que habitó su cuerpo por un tiempo. Esta conexión fisiológica se convierte en un vínculo emocional que trasciende la física y profundiza en lo más íntimo de la maternidad.

 En medio de este desafío, también surge la posibilidad de donar la leche. Estudios han revelado que aquellas mujeres que han perdido a sus hijos y eligen donar su leche sienten un alivio y un consuelo al saber que pueden contribuir al bienestar de otros recién nacidos. Esta acción altruista se convierte en un acto de amor y conexión con otros seres vulnerables.

El camino a través del duelo de la pérdida perinatal es crucial y complejo. Los rituales y las prácticas ceremoniales pueden proporcionar un espacio donde el dolor puede ser compartido y transformado, donde los recuerdos pueden ser tejidos en una historia significativa. Un aspecto a menudo pasado por alto es la lactogenésis, el proceso de producción de leche. Reconociendo esto, la lactancia materna se convierte en un componente fundamental en la travesía de sanación.

 No debemos subestimar el poder que la lactancia materna tiene como expresión de maternidad. En momentos de pérdida, las mujeres a menudo luchan con su identidad materna. Privarlas de la oportunidad de experimentar la lactancia materna es negarles una parte esencial de su maternidad. El artículo “Pecho lleno, brazos vacíos: manejo de la lactogénesis II en la pérdida perinatal” (Claramunt y Cenalmor, 2011) arroja luz sobre la lactancia materna después de una pérdida perinatal, ya sea durante el embarazo, el parto o después del nacimiento.

Psicóloga Paola Vargas  especialista en salud mental perinatal, apego, lactancia y duelo. Docente universitaria.  Actualmente acompaña a madres y a cuidadores a través de  asesorías y formaciones Online desde su proyecto @pa.mamma